Marcos, nació en 1985 y es de Pamplona. Se sonda a raíz de un accidente de moto que le provocó una lesión medular incompleta, con afectación principal de los esfínteres. El inicio del sondaje fue un proceso difícil y traumático para él; durante semanas estuvo con sondaje permanente ya que le generaba bastante miedo empezar con el sondaje intermitente, hasta que llegó al Hospital de Parapléjicos de Toledo y descubrió que no era tan complicado como imaginaba.
Durante un tiempo consiguió gestionar bien el sondaje sin pérdidas, algo que le aportaba mucha comodidad, pero con la aparición de episodios de incontinencia tuvo que readaptar rutinas, hábitos y consumo de bebidas diuréticas. Marcos explica que cada día es diferente y que aprender a escucharse y probar opciones es clave, ya que lo que funciona a una persona no siempre sirve para otra.
Defiende el sondaje intermitente como la opción que más normalidad le aporta y valora poder combinarlo con colectores según la actividad del día, el descanso o el ejercicio. Comenta que él, por ejemplo, juega al pádel y al tenis y explica que sondándose previamente puede estar como mínimo una hora y media sin preocuparse. Como consejo hacia otra persona que vaya a pasar por lo mismo, comenta que, para él, gran parte del proceso es psicológico y “aprensión de la cabeza” y aconseja perder el miedo inicial y normalizar la situación.
Con su experiencia, Marcos lanza un mensaje claro y realista: “Dentro de la discapacidad, cuanto más normalicemos todo, mejor”, una reflexión que resume su forma de adaptarse y seguir adelante con su día a día.