Ibon Miralles tiene 28 años y se encuentra en el Hospital Nacional de Parapléjicos debido a un accidente de moto que tuvo en Menorca que le provocó una lesión medular completa a nivel dorsal 5. Como consecuencia, no tiene control de esfínteres y para poder ir al baño en su día a día necesita recurrir al sondaje intermitente.
Tras un primer periodo con sondaje permanente, los profesionales le explicaron que el sondaje intermitente le aportaría mayor comodidad y libertad, al no tener que estar conectado a una bolsa de forma continua. Aunque al principio necesitó ayuda del personal de enfermería, pronto aprendió a realizarlo de forma autónoma, destacando su rapidez, practicidad y facilidad de uso.
Ibon comenta que es una persona muy deportista y explica que el sondaje intermitente le permite vaciar la vejiga y practicar deporte con mayor tranquilidad y libertad. Actualmente juega al tenis y pádel, y antes del accidente practicaba baloncesto, surf y crossfit, actividades que siguen formando parte de su identidad.
Ibon anima a quienes están empezando a no tener miedo y a tomarse el proceso con calma, recordando que es una herramienta pensada para mejorar la calidad de vida. Como él mismo resume: “No hay que asustarse, es algo que nos ayuda en nuestro día a día [..] y que al final es para nuestro bien”.